Esta mañana, el diario británico Daily Mail asegurada que iba a cerrar la última compañía que todavía fabricaba máquinas de escribir, Godrej and Boyce. Pero esto, cuyo erróneo origen viene de un diario de la India, no es cierto.
Según recoge Myanville, de hecho, la máquina de escribir está lejos de la muerte, según explica al propio portal Ed Michael, director general de ventas de Swintec, compañía radicada en Nueva Jersey, que añade que Godrej and Boyce no es ni mucho menos la última de estas compañías.
"Tenemos fábricas haciendo máquinas de escribir para nosotros en China, Japón e Indonesia", explica Michael, que asegura que uno de los mercados más importantes para este tipo de productos son las prisiones.
El pasado mes de enero, el propio Michael explicaba también en Myanville, que "tenemos contratos con penitenciarías en 43 estados para proveerlos de máquinas de escribir, de manera que no puedan utilizarlas para contrabando".
La errónea información
Hoy, varios medios, incluido elEconomista, recogían el artículo del diario británico Daily Mail, la última fábrica de esta compañía, en Bombay, ha dejado de producir máquinas de escribir y ya tan sólo le quedan unos pocos cientos en stock.
Y es que aunque quedaron obsoletas años atrás en el mundo occidental, todavía eran muy comunes en la India hasta hace bien poco, y en los últimos diez años la preponderancia de los ordenadores ha acabado definitivamente con las máquinas de escribir, según explica el diario.
De todas formas, la noticia original provenía del diario indio Business Standard, que era el que aseguraba que Godrej and Boyce era la ultima compañía que fabricaba máquinas de escribir, compañía que iba a desaparecer.
La compañía india comenzó su andadura en los años 50 del siglo pasado, y todavía vendía alrededor de 50.000 modelos al año a comienzos de los 90, pero el año pasado tan sólo dio salida a menos de 800 unidades, y ahora se ve obligada a cerrar.
La primera máquina, como recuerda el diario británico, se produjo en Estados Unidos en 1867, y para comienzos del siglo pasado ya tenía su formato estándar, el que llegamos a conocer todos y que ahora desaparece.