Este verano el Museo de la Ciencia de Valladolid cuenta con un inquilino más entre sus pasillos. Se trata del robot guía llamado Tito.2, un nuevo proyecto desarrollado por el Centro Tecnológico Cartif y subvencionado por Caja España-Caja Duero.
La integración de los robots de forma progresiva en este tipo de instituciones persigue captar al público más joven con el objetivo de conseguir una mayor interacción entre éste y el espacio museístico. De hecho, Tito.2 es el «personaje favorito» de los niños, apuntó la directora del Museo de la Ciencia de Valladolid, Inés Rodríguez Hidalgo, ayer en su presentación junto al director de la Obra Sociocultural de Caja España-Caja Duero, Dionisio Domínguez, y la concejala de Cultura, Mercedes Cantalapiedra.
Cada hora el androide se desplaza por los pasillos del museo ofreciendo a los visitantes un recorrido guiado por los módulos principales de este espacio: el péndulo de Foucault, la molécula de ADN o la Casa del Mapa, entre otros.
Además habla y a cada paso demuestra sus buenos modales, porque hasta pide permiso si le obstaculizan su camino. Sus palabras pueden leerse también en una pantalla que lleva consigo, lo que le hace totalmente accesible para todo tipo de visitantes.
El cambio de aspecto respecto a su antecesor, el primer Tito que realizó de guía en la institución museística desde 2003 a 2007 no solo responde a una renovación estética, sino también tecnológica. Él mismo se encarga de explicarlo al presentarse a su público. Tito.2 es un robot diseñado en exclusiva para el Museo de la Ciencia de Valladolid que cuenta con una base cilíndrica B21, un disco duro de 40GB de estado sólido —que evita su deterioro como consecuencia de los movimientos— y un software específico.