2 de junio de 2011

Una batería de agua que da vida

La Universidad de Valladolid coordinará un proyecto pionero europeo que, bajo la denominación de «Los desiertos verdes», pretende reforestar 63 hectáreas en cinco provincias españolas, 45 en Castilla y León, cuyas zonas tienen el denominador común de ser muy secas y áridas por motivos de clima, por el tipo de suelo o bien por el uso que hayan tenido (escombrera, área de esquí...).

El proyecto, que ayer fue presentado en Valladolid, se enmarca dentro del programa Life+, que contempla la plantación de 55.000 árboles en cinco años, y utiliza una técnica que no necesita riego llamada Groasis Waterbox, cuyo funcionamiento se basa en el sencillo sistema de goteo que se utiliza de manera doméstica para regar las plantas. Es decir, el agua del rocío o de la lluvia se recogerá en un recipiente biodegradable que se coloca bajo tierra y cuya parte inferior dispondrá de una mecha desde la cual la tierra irá absorbiendo el agua necesaria. 

Además, la cavidad, que el propio inventor definió como una batería de agua dispondrá de dos huecos donde se plantarán las semillas que aprovecharán el agua recogida para crecer sin necesidad de ser regadas durante un año, periodo tras el cual se retirará el recipiente, ya que el árbol podrá crecer a partir de entonces sin ayuda, explicó ayer el inventor del sistema, el holandés Pieter Hoff.

La iniciativa cuenta con dos millones de euros de inversión, un millón procede de la UE y el resto de patrocinadores públicos y privados, entre ellos la propia Universidad de Valladolid, las diputaciones de León y Valladolid, las empresas AquaPro B.V. Sylma y Transfere Latin Business y el Ayuntamiento de Riofrío de Aliste, en Zamora. 

Precisamente el entorno de esta localidad será una de las intervenidas, donde se pretende reforestar tierras agrícolas «muy difíciles». Las otras intervenciones se llevarán a cabo en una ladera de la estación de esquí de San Isidro, en León; en un bosque quemado de Barcelona, en el desierto de Los Monegros, en Zaragoza, y en 23 hectáreas ocupadas por escombreras, la mayor parte en Tierra de Campos.


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